
Año tras año, observo con admiración como se incrementa el número de horas que se dedican a las clases particulares. Ante el mínimo traspiés que vive el alumno en su centro escolar, se solicita una clase particular, o bien, el propósito de subir una nota escolar, que posiblemente no sirva para nada.
Repito a los padres hasta la extenuación que una clase particular debe cumplir una función importante, función que tiene que ver con aportar al alumno las herramientas necesarias para continuar sus clases con la naturalidad que esto conlleva. Se sorprenden los padres cuando les digo que es contraproducente una ingente cantidad de horas, se siguen sorprendiendo cuando les informo de lo dañina que puede llegar a ser una clase particular y sobre todo se sorprenden cuando les informo que no gasten el dinero de forma improductiva, que lo que puede llegar a ser un beneficio a corto plazo, será un gran perjuicio en un futuro.
La clase crea dependencia, la clase conlleva en numerosas ocasiones la pasividad del alumno, genera inatención, falta de trabajo personal y produce conflictos al aportar métodos diferentes al del centro escolar del propio alumno.
Se crean alumnos dependientes durante toda la escolaridad, aspecto que no desaparece al llegar a los estudios universitarios, habiendo privado al alumno de la posibilidad de tomar las riendas de su escolaridad y a los padres de poder disfrutar de esa cantidad económica que en ocasiones tanto supone.
No digo no a las clases, pero si a la mesura con la que deben ser administradas y siempre realizando un buen estudio del alumno, de sus capacidades y de lo que realmente necesita.
Os dejo con esta interesante reflexión de Sánchez Tortosa J.
El profesor SANCHEZ TORTOSA, J (El profesor en la trinchera, La Esfera de los libros 2008)
explica como “ la enseñanza tiene que ver con la soledad. El alumno se ve obligado a
enfrentarse al hecho de estar solo. Cada vez que pide ayuda está demostrando, en realidad, su
pánico a la soledad, su desamparo ante la posibilidad de error, ante el inevitable fracaso [….]
Como sucede con el saber y la libertad, es más fácil renunciar a la soledad que afrontarla […]
Enseñar consiste en preparar para no tener que recurrir a nadie en esas encrucijadas”.
Javier Cordón Sánchez
Profesor de Academia ARCO.
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